martes, 20 de julio de 2010

Gion, el barrio de las Geishas escondidas


Me desperté listo para hacer CheckOut en el Ryokan; recogí mis cosas (una de las partes –de las pocas- que odio de esto de viajar) y me dirigí a la recepción ya que aún no había pagado ninguna de las noches.

Esperando ver a la señora que con tanta gracia me hablaba a gritos en un peculiar Japinglish de Osaka… o a su, creo que, marido que apenas sabía decir dos palabras en inglés. Pero no fue así, ninguno de los dos estaba y me atendió uno de los camareros, pagué y me dispuse a marcharme pensando “vaya… va a ser la del ryokan la despedida más fría…”

Cuando me alejaba del edificio en dirección a la parada del bus escuché “Ey Ey!! Baaaai!!”… resultó ser aquel simpático abuelete que me saludaba desde la puerta agitando exageradamente la mano; le sonreí y le respondí de igual forma pero con un “Matta neee~!!”, entonces apareció la viejita por detrás del señor y con su acento característico lanzó un “Chotto matte!! Com hii, com hii!!

Fui entonces hasta ello y me dijo que pasara al salón, que hacía calor y el próximo bus tardaría 30 minutos. Así hice, de película… apareció la señora con una bandeja y, en ella, un dulcecito envuelto en una hoja fresca de bambu (daifuku) y los elementos para preparar matcha (té verde tradicional).

Estuvimos hablando ese ratito, sobre mi viaje, sobre mi procedencia y sobre lo que había hecho en Kyoto esos días… cuando recordó que era español me dijo: “OOOH gudo sokka” haciendo un gesto con el pié como si chutara un balón (quiso decir “good soccer” = “buen futbol”… creo que ya más o menos podréis entender el japinglish jajajaja) y me deseó suerte para los próximos encuentros de la selección.

Después me dejó un ratito mientras me tomaba el té, viendo como una señora arreglaba el jardín del comedor. Ya llegaba la hora así que me dispuse a ponerme la mochila, cuando de nuevo apareció la Obachan…

- Purusento, purusento fo iu (Present, present for you = Regalo, un regalo para ti)

A la vez que me daba dos juegos de palillos para comer; los cogí con ambas manos y le hice una profunda reverencia… sin duda todo esto había hecho olvidarme de esa fría sensación con la que me marchaba.

Me despedí finalmente y le prometí volver. Sé que volveré algún día a Kyoto… así que no me costará nada cumplir esta promesa, solo espero y deseo que la señora conserve su salud para que pueda gritarme de nuevo eso de “OOKINIIII!!!” que es la que más arte ha tenido de a cuantas personas se lo he escuchado.

Tomé el autobús hacia el centro y llegué a Gion, donde pese a no tener reserva pude conseguir habitación en el hostel “BakPak”, la primera noche sería en habitación individual y la segunda en compartida (siendo así una media de 30€ por noche), nada mal para estar en todo el centro de Kyoto.

Solté mis bártulos en recepción donde me atendió una chica muy agradable en perfecto inglés y me encaminé a ver el barrio de las Geishas.

Gion tiene otro de esos elementos que me ha enamorado de la ciudad de Kyoto y es que ha sabido mantener su identidad con el paso del tiempo y en algunas de sus calles parece que has hecho un salto en el tiempo al sXIX.

Mi primera parada fue en un recinto Zen / Budista. Pagué mi entrada para acceder al Templojardínmuseo y me adentré en el edificio, se respiraba en él un ambiente relajado que, sin duda, invitaba a la meditación y a muchos de los visitantes podías verlos sentados en algunos rinconcitos idílicos espectadores de los armoniosos jardines que combinaban la roca, el musgo y los árboles. Yo mismo sucumbí ante aquel ambiente de paz y tranquilidad y me senté un rato en uno de los tatamis ante un jardín que, con tres piedras en el centro, representaba a Buda y a dos monjes zen; cerca de ellas podían observarse un par de piedras planas donde los monjes (los de verdad) se sientan para meditar.

Varias salas acordonadas podían ser fotografiadas y en sus paredes se contemplaban hermosas pinturas de trazos simples, pero que daban a dichas obras un dinamismo genial; una en concreto, de unos niños chinos jugando parecía moverse si la mirabas fijamente.

En la visita pude acceder al templo principal, cuyo techo poseía un lienzo gigantesco de dos dragones gemelos entrelazados… la pintura espectacular, pero podía evitar reírme al ver esos ojos tipo “Los Simpsons” que les han dibujado a los dragones. Busqué la firma de Matt Groenning pero no… al parecer fueron pintados en el 2002 por un artista japonés sobre un lienzo completo en un Gimnasio de un colegio mayor de Hokkaido y colocado aquí por el aniversario de no sé qué.

Se acercaba la hora de comer, así que me dirigí a la calle transversal a la principal de Gion y me puse a andar. En Japón, a diferencia que en España, los restaurantes y bares no siempre están “claramente” señalados como tal… es decir, muchos de ellos no tienen un cartel fuera con los precios y simplemente los identificas por las “cortinitas” que tienen en la puerta, pero claro, están en japonés con kanjis… aun así, a veces tienen algún signo que los delata y es en estos sitios donde de verdad puedes degustar la auténtica comida japonesa.

Fue en esta calle en la que encontré uno de esos sitios, tenía una pizarrita fuera en Japonés, por lo que deduje lo que era; así que entré.

Resultó ser una “tortillería”… sí, no sé si lo servirán en otros lugares de Japón pues solo lo he visto en Kyoto. El hombre que lo regentaba me sacó una carta en inglés y la comida que preparaba resultó ser eso, unas tortillas con verdura y carne en su interior y una salsa especial. Estaba exquisita y por poco más de 8€ acabé que casi no me la pude terminar. Como viene siendo habitual, le dije que estaba riquísima y, no pude resistirlo… le pregunté si conocía la “Tortilla de papas” jajajaaja y si, la conocía y me dijo los ingredientes xDDDDD pero no la tenía en el menú… una lástima.

Me despedí del simpático chef y me dirigí a un templo cercano, no con la intención de entrar a este… porque, se me olvidaba… en mi anterior visita al recinto Zen, había un jardín budista con un templo en su interior; me pidieron 600yens que estuve dispuesto a pagar ya que, al parecer, las plantas que hay en mayoría dentro del jardín tornan sus hojas de color blanco durante el verano y es como ver un jardín nevado… debía ser impresionante. Pero cuando fui a pagar me dijo el señor que había en la puerta en medio inglés medio japonés: “Puedes visitar el jardín, pero el templo es SOLO PARA JAPONESES”…

No me lo podía creer, había oído hablar de los locales “NO GAIJIN”… pero no me podía imaginar que el primer sitio donde me iban a rechazar por ser extranjero sería en un templo, así que tras este incidente y después de un “Ah muy bien, pues váyanse a la mierda” con una amplia sonrisa; decidí no volver a pagar por nada que sea budista. Aunque sea recomendado.

Por donde iba… ah sí, llegué a un recinto donde podría encontrar un gran templo budista y una cascada; cuando llegué a la taquilla me di la vuelta jajajaja y seguí paseando por la zona… esos paseos que a mí me gustan y que me hacen meterme por lugares a los que dudo que muchos extranjeros accedan. Mis pasos finalmente dieron con un cementerio y allí que me aventuré; entre árboles estaba la puerta de metal abierta y, creyendo que sería uno de tantos modestos cementerios que ya me he encontrado en cada rincón de Japón… un inmenso valle se abrió ante mí y, en todo él, miles de tumbas se alzaban en bancales que, como si de la maqueta de una ciudad gigantesca se tratase, se extendía hasta donde mi vista alcanzaba la verdadera ciudad; con la torre de Kyoto como referencia. Impresionante visión.

Volví sobre mis pasos calle abajo y, antes de llegar a la calle principal vi a una chica vestida con kimono, le pregunté si podía fotografiarla y me dijo que no… estaba anunciando un establecimiento… cachis…

Me metí por esa calle donde se encontraba la chica y, vaya acierto. Como decía al principio, resultó ser un túnel del tiempo y de repente me encontraba en el Japón del siglo XIX; los edificios se disponían con sus tiendas hacia la calle y, sobre ellas, las casas. Parecía que me había colado en el rodaje de alguna película y anduve un rato por la calle sacando algunas fotos. Entonces vi a cuatro hermosas chicas vestidas con los kimonos de verano o Yukata, riendo y sacándose fotos.

Me acerqué a una de ellas y en mi Japonés estilo indio le dije: Anatachi no sashin… onegaishimasu! (que viene a significar “foto vuestra… os lo ruego”) jajajajaaj

Le debió hacer gracia ya que llamó a las otras tres, una de ellas (la más guapa) se negó, será malahe… se ve que hay “tsunderes” en el Japón de verdad. Pero bueno, las otras tres posaron encantadas. No me digáis que no es una belleza la del yukata negro y rosa…

Fue una lástima que no me cruzara con geishas, al parecer es en esa calle donde es más fácil encontrarlas y, aunque no van a posar para que les saques una foto… no se molestan si lo haces desde una distancia prudente, están más que acostumbradas a ser contempladas como lo que son, obras de arte humanas.

Mi paseo continuó por los alrededores, visitando un par de Jinja… uno de ellos precisamente el principal de Gion; es una lástima que las fechas no me coincidan y que me pierda el “Gion Matsuri”, que es un festival en el que se hacen carrozas gigantescas de madera y cuerdas y son arrastradas por el barrio en una fiesta espectacular. He de suponer que en importancia tanto a nivel local, como turístico, como cultural… será algo así como nuestra Semana Santa.

Ya anocheciendo me compré la cena… con la mala pata de que fue una tortilla similar a la que comí para almorzar jajajaja pero bueno, estaba rica. Después de ducharme puse una lavadora y lavé toda mi ropa y por ahorrarme el euro que cuesta usar la secadora (y porque no se si mi ropa puede meterse en secadora y no quiero experimentar) ideé un tendederos con los pocos enganches que encontré en mi habitación –el pomo de la puerta y una pieza de cerámica que colgaba de la pared- en el que colgué todo… dándole a mi dormitorio un aspecto de chabola inigualable jajajajaja

Y con eso termina mi día 8 de Julio. Como veis llevo un retraso considerable y viene siendo porque apenas tengo tiempo para escribir; cuando no estoy por ahí roando estoy hablando con alguien por el Messenger o buscando qué hacer al día siguiente. A ver si poco a poco os subo todas las entradas, la siguiente esta lista pero sin fotos. La subiré esta noche (creo).


Ja neeeeeeeee~!!!

1 comentario:

  1. Hoy me hacen especialmente gracia dos fotos xD.
    La de la imagen del dragon chino porque justamente es el dibujo de un bañador que tenía y que tengo una foto polémica que te sonará xDDDD.

    La del templo, me recuerda al FFVII, la casa de Yuffie con la pagoda detrás, aunque aquí la pagoda está un poco a la derecha y solo tiene 3 pisos XDD.

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